jueves, 31 de diciembre de 2015

Madriz

El año muere en Madrid en un final justo porque yace entre una representación importante de aquellos que lo protagonizaron. Aquellos que le dieron sentido y lo marcaron, de una forma u otra, para siempre.

Madrid acogió reencuentros, abrazos, besos, lágrimas y palabras de amor. Madrid fue ouija porque resucitó recuerdos que siguen vivos entre nosotros, en nuestras memorias mientras conserven la luz. Cabía esperar más frío y, salvo de madrugada para alguna, no fue tal. Volvió a quedar demostrado que tres cuartas partes del buen viajero son pan. También de buenas cuando cruzan mesetas por miradas.

Conversaciones banales construyen significados y otras, ebrias de incertidumbre, alumbraban a trompicones la única certeza: que las amistades que son de verdad siempre resisten. Que las personas que se quieren nunca están lejos.

Madrid probó que la sonrisa vale más que la carcajada . Dura más, y es más simbólica, más leal, menos casual. Es importante reconocer un sofá en el que acurrucarse. La Navidad de Madrid hizo hueco para el valor de la amistad entre copas de Larios, relaciones públicas más y menos ortodoxos y chinos con camisetas también del Atleti. Al abrigo de un Retiro aún otoñal.

Esta vez lo volvió a unir Madrid, Mañana, Rennes dirá.

jueves, 24 de diciembre de 2015

Fracasar

Fracasar es creer en algo sin que ese algo crea en ti. Fracasar es dedicar años, esfuerzos y lágrimas contenidas a la construcción de un modelo de persona, de un modelo de ser, que acaba ninguneado y meado en la calle. Fracasar es que te humillen aquellos por quienes habrías matado al ver sus nombre manchado. Fracasar es creer en Dios y que te inyecten ciencia. Fracasar es abrazar a quien ríe al otro lado. Fracasar es querer a quien te está mintiendo. Fracasar es no poder hacer nada para evitarlo. Fracasar es que te engañen y luego ni respeto te tengan. Fracasar es que sea el puro el que termine al margen, y que la rueda siga girando. Fracasar es escuchar la rueda girar desde tu casa.

Fracasar es triunfar; porque el que falla lo hace tarde o temprano, y siempre puede ser más tarde y más doloroso. Triunfar es retirar la mano del fuego equivocado antes de echar a arder. Porque siempre puede arderse más.

jueves, 10 de diciembre de 2015

Delete.

Me pides ayuda como si la merecieras.

Me pides ayuda como si no supieras que al que más le cuesta es a mí. Reclamas un perdón que, estando en mi mano, no puedo darte.

Sueño y evoco que todo ha sido una pesadilla, pero ha sido real. Traición, mentira.

A veces pienso que todo está en mi mano, la responsabilidad de reordenar el puzzle y presumir de ser humano bondadoso, recto.

Pero nada está en mi mano, todo se fue, todo voló porque vosotros soplasteis. Todo se desvaneció, y no me queda nada.

Es duro, pero más duro es para mí, que no lo he merecido. Y claro que me importas, y no sabes cuánto. Más de lo que por supuesto mereces. Mi censura.

A ratos juzgo mi sangre fría, que hierve al ver que la tuya es aún más gélida, sabiendo que tu mera voz me rompe.

Haz el favor, haced el favor, y poneos en mis zapatos.

La solución no es pulsar 'reply'. Es pulsar 'delete'.

Pido respeto, y consideración.

No sólo por mí.