La levedad de lo que escribo, los motivos que tuve ayer hoy no percibo. La incertidumbre de no saber quién seré mañana, la nostalgia de lo que fuimos.
La boca exhala humo y juntos se desvanecen. Lo efímero del recuerdo, de conservarlo. Quien quiera matarnos nos matará, y dará igual amar la vida. El pasado y el futuro ocultos en la niebla, sin referencias. En la foto, caras recortadas. Dime tú quién se acuerda.
El abrigo no protege sin una mano en el bolsillo. Sushi al desamparo. Voces de otrora socorro ahora en mute, y notar la diferencia. Las creencias de un buen mortal, ignorante como las piedras. Añoro la lealtad como Tony Soprano sin haberla conocido, justificando mi hambre. Al alambre con todo en la mochila pensando en el vacío de mi ombligo.
Riego una planta extinguida con mentiras esperando ver crecer pureza. Manteniendo la distancia porque no te quiero. Ni te creo, y niego luces porque veo tu sombra. Bajo la capucha ante escaparates y personas, temiendo lo peor. Arrancando hojas del libro de mi historia, porque hay pasajes que ocultar a mis nietos. El acta de defunciones si preguntan.
Leer siempre da conocimiento. También de culpa.