martes, 19 de enero de 2016

Razones

Escuchó el aviso pero no corrió; le fallaron las piernas. Otra vez.

Perdió el metro como la perdió a ella. Su vida volvía a quedar a la deriva de eso, un ir y volver de la universidad tan constante como insípido. Ni siquiera sabía para qué estudiaba. Alguna vez concluyó que cursaba psicología para entender a Marta. El resto no importaba. ¿Qué importaba, ahora?

Sin la dignidad de levantar la mirada del suelo enfilaba la entrada al vagón recién llegado. Atisbó unos tobillos de mujer, y cedió el paso. “Gracias”. Una sonrisa y dos ojos verdes le devolvieron las razones.

miércoles, 13 de enero de 2016

"Fuera"

La levedad de lo que escribo, los motivos que tuve ayer hoy no percibo. La incertidumbre de no saber quién seré mañana, la nostalgia de lo que fuimos.

La boca exhala humo y juntos se desvanecen. Lo efímero del recuerdo, de conservarlo. Quien quiera matarnos nos matará, y dará igual amar la vida. El pasado y el futuro ocultos en la niebla, sin referencias. En la foto, caras recortadas. Dime tú quién se acuerda.

El abrigo no protege sin una mano en el bolsillo. Sushi al desamparo. Voces de otrora socorro ahora en mute, y notar la diferencia. Las creencias de un buen mortal, ignorante como las piedras. Añoro la lealtad como Tony Soprano sin haberla conocido, justificando mi hambre. Al alambre con todo en la mochila pensando en el vacío de mi ombligo.

Riego una planta extinguida con mentiras esperando ver crecer pureza. Manteniendo la distancia porque no te quiero. Ni te creo, y niego luces porque veo tu sombra. Bajo la capucha ante escaparates y personas, temiendo lo peor. Arrancando hojas del libro de mi historia, porque hay pasajes que ocultar a mis nietos. El acta de defunciones si preguntan.

Leer siempre da conocimiento. También de culpa.

domingo, 3 de enero de 2016

Justicia del sentir

Muchos te exigirán prudencia, que en ocasiones se traduce en la falsa medalla del que no se atreve a llegar a un punto, sea lo que sea. Te hablarán del bien mayor, del mal menor, de la discreción, de la mentira piadosa. Olvidan las tripas.

Las tripas desobedecen leyes y convencionalismos impuestos y se rebelan contra uno, asfixiándolo. Las tripas piden crudeza, crítica, y sólo tras esto, consuelo.

Cuando el dolor es puro sólo el grito y el llanto ayudan. Por más que a uno lo lleven de paseo al parque, por más Thabor que sea, las flores nunca van a estar en su sitio. Serán ajenas, discordantes, incongruentes. Rotas en vida.

Nada más injusto que pedirle al dolorido que se reprima cuando la herida le recuerda su posición. Los desgarros despiertan a los niños en la noche.