jueves, 20 de abril de 2017

Inabarcable

Cada vez comprendo menos, se me escapan más asuntos y me veo más estúpido. Será la madurez. Yo tampoco soy una excepción ni estoy libre de pecado. A medias como todos entre el que lo intenta y el que se resigna, el que se informa y el que vive desinformado.

Por las mañanas procuro asimilarlo todo, entender los porqués porque todo sigue una lógica, más o menos oculta. Por las noches me acuesto trastornado si no me he compadecido antes, porque un hombre sólo es un hombre aunque delire.

Somos artesanos de la vida, aspirantes a una minúscula proporción de tierra que labrar. Cada cual a sus tomates, con cariño y devoción, porque uno es singular y genuino y en sí todo un universo, dócil ante las mismas leyes ilegibles que obedecen las constelaciones.

Pobre quien se crea omnipresente, sabio y al tanto. Suya es la ansiedad, suyo el dolor. Apenas los susurros de boca a oído dicen la verdad, y tampoco todos porque cada lengua construye la suya.

martes, 18 de abril de 2017

Censura

Qué preso es quien se cose la boca. Qué resignado quien se ata al mástil y ve hundirse el barco. Todo lo que sentimos y no pronunciamos. Todo lo que percibimos y no nos atrevemos a generar.

Por miedo a consecuencias intuibles, por miedo a reflejar una imagen de debilidad que es más fuerte cuanto más nuestra sola. Cómo devastan los seres que brotan del corazón y retenemos en el estómago, encarcelados y pataleando en busca de oxígeno mientras siguen creciendo y piden la muerte.

Qué duro es asumir que no controlamos una mierda, que cada órgano hace la guerra por su puta cuenta y miran pantallas distintas. La frustración de intentar gobernarlos a todos, ponerlos de acuerdo por democracia o dictadura, a la fuerza.

Buscamos consuelos que no consuelan. Comprensión en quien no podrá comprendernos sin anestesiarnos. Sólo la muerte trae el silencio, con el olvido o con el entierro del cadáver pronunciado.